Cuenta la leyenda que muchas personas salen del SIMA con la lengua azul. No es un mito ni una fábula, sólo una bonita tradición en la que se mezclan la celebración y el sentido del humor, porque cuando se alcanza un acuerdo, los mediadores del SIMA premian a todos los intervinientes con una piruleta pinta-lenguas azul. No hay excusa para no llevársela a la boca porque además de no tener gluten ni azúcar, si no lo hacen, dicen las malas lenguas (no las azules, por supuesto), la directora del SIMA no les deja salir de las instalaciones.

Te animamos a que te unas al club de las lenguas azules y disfrutes del buen sabor que deja alcanzar acuerdos.

Cuenta la leyenda que muchas personas salen del SIMA con la lengua azul. No es un mito ni una fábula, sólo una bonita tradición en la que se mezclan la celebración y el sentido del humor, porque cuando se alcanza un acuerdo, los mediadores del SIMA premian a todos los intervinientes con una piruleta pinta-lenguas azul. No hay excusa para no llevársela a la boca porque además de no tener gluten ni azúcar, si no lo hacen, dicen las malas lenguas (no las azules, por supuesto), la directora del SIMA no les deja salir de las instalaciones.

Te animamos a que te unas al club de las lenguas azules y disfrutes del buen sabor que deja alcanzar acuerdos.